La GamCare es una organización de gran prestigio radicada en el Reino Unido y que enfoca sus esfuerzos en brindar información, asesoría y acometer diferentes acciones prácticas en beneficio de los ludópatas. En sus diferentes estudios han podido constatar que dentro de los juegos de azar, el bingo es el que genera menos problemas entre los apostadores y además tiene una menor incidencia respecto a la adicción al mismo.
A través de una encuesta realizada a un grupo de clientes pertenecientes a la organización (1200), sólo reconocieron el bingo como causa de la incontrolable adicción al juego un 0,06% de ellos. Aún así, en el bingo de manera ocasional suceden choques entre los jugadores y el incidente que les narro a continuación acaecido en Gales del Sur es un ejemplo de ello.
En una sala de bingo de esa comunidad, dos señoras entraditas en años fueron desterradas definitivamente por ocasionar gran alboroto en un juego, estas dos ancianas incluso llegaron a la violencia física, lo cual trajo como consecuencia que una de las implicadas necesitase asistencia médica. La policía tuvo que intervenir para detener la riña, ya que una de ellas le propinada buenos golpes a la otra ante unos 500 jugadores que observaban atónitos.
El altercado tuvo lugar cuando ambas señoras reclamaban su derecho exclusivo sobre una silla que supuestamente era la de la “suerte”. La señora Sandra Fly, involucrada en el hecho, aún lamenta haber sido privada de poder asistir a esa sala a jugar bingo, como lo había hecho durante muchos años hasta el momento del altercado. La falta de control la obligará a sentarse frente al televisor o intentar jugar en otra sala si no se difundiese la noticia y le permitieran acceder a ella, igualmente pudiese intentarlo en los sitios de bingo en línea.
Esta última posibilidad de poder jugar bingo por Internet sin moverse de casa le calmó un poco los ánimos y permitió que no se sintiera excluida totalmente. Ahora no tiene que preocuparse si pierde el control nuevamente porque en un juego en línea no podrá arremeter a golpes contra otro jugador, simplemente debe acatarse al reglamento establecido en el sitio. El salón Bridgend's Castle ni siquiera ha considerado la posibilidad de permitirles el retorno a estas dos señoras al lugar.
A través de una encuesta realizada a un grupo de clientes pertenecientes a la organización (1200), sólo reconocieron el bingo como causa de la incontrolable adicción al juego un 0,06% de ellos. Aún así, en el bingo de manera ocasional suceden choques entre los jugadores y el incidente que les narro a continuación acaecido en Gales del Sur es un ejemplo de ello.
En una sala de bingo de esa comunidad, dos señoras entraditas en años fueron desterradas definitivamente por ocasionar gran alboroto en un juego, estas dos ancianas incluso llegaron a la violencia física, lo cual trajo como consecuencia que una de las implicadas necesitase asistencia médica. La policía tuvo que intervenir para detener la riña, ya que una de ellas le propinada buenos golpes a la otra ante unos 500 jugadores que observaban atónitos.
El altercado tuvo lugar cuando ambas señoras reclamaban su derecho exclusivo sobre una silla que supuestamente era la de la “suerte”. La señora Sandra Fly, involucrada en el hecho, aún lamenta haber sido privada de poder asistir a esa sala a jugar bingo, como lo había hecho durante muchos años hasta el momento del altercado. La falta de control la obligará a sentarse frente al televisor o intentar jugar en otra sala si no se difundiese la noticia y le permitieran acceder a ella, igualmente pudiese intentarlo en los sitios de bingo en línea.
Esta última posibilidad de poder jugar bingo por Internet sin moverse de casa le calmó un poco los ánimos y permitió que no se sintiera excluida totalmente. Ahora no tiene que preocuparse si pierde el control nuevamente porque en un juego en línea no podrá arremeter a golpes contra otro jugador, simplemente debe acatarse al reglamento establecido en el sitio. El salón Bridgend's Castle ni siquiera ha considerado la posibilidad de permitirles el retorno a estas dos señoras al lugar.
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